Steinitz vs Paulsen, Baden Baden 1870
De las numerosas partidas disputadas por Steinitz con su gambito, la mayor impresión se produjo con la siguiente, contra Paulsen, uno de los principales maestros de la época, y a quien Steinitz tenía en alto concepto, considerándolo uno de los “pioneros de la nueva escuela”. En esta partida Steinitz demostró, de forma convincente, su superioridad en la evaluación de los factores posicionales, tanto dinámicos como permanentes.
1.e4 e5 2.Cc3 Cc6 3.f4 exf4 4.d4?! Dh4+ 5.Re2
Exponer el rey de esta forma parece un sinsentido en el ajedrez moderno. La idea de este audaz gambito rememora una partida con Hamppe (Viena 1859): 1.e4 e5 2.Cc3 Cf6 3.f4 d5 4.exd5 Cxd5 5.fxe5 Cxc3 6.bxc3 Dh4+ 7.Re2 Ag4+ 8.Cf3 Cc6 9.d4 0-0-0, con ventaja de las negras (Steinitz).
Puesto que el rey interfiere en el desarrollo de sus propias piezas, se diría que las negras deben obtener fácilmente un buen juego. Sin embargo, Steinitz pensaba que en esta posición los factores duraderos serán más importantes que los momentáneos inconvenientes de la apertura. El plan de las blancas es expulsar a la dama negra con ganancia de tiempo, y preparar un ataque al amparo de su fuerte centro de peónes, al tiempo que dificultan el armónico desarrollo de las negras. Los contemporáneos del primer campeón mundial no fueron capaces de encontrar una receta contra su revolucionaria estrategia, consistente en la acumulación de pequeñas ventajas, y sólo mucho después sembraría dudas su gambito. Cuando, en 1883, Steinitz visitó a Morphy en Nueva Orleans, parece ser que éste le habría dicho: “Sé… ¡que su gambito es malo!”. ¡La intuición no había abandonado al gran recluso del ajedrez! Pero lo cierto es que para poner en evidencia la vulnerabilidad del rey blanco en el centro y refutar el gambito, se requería precisamente el genio de Morphy. Quizá hubo cierto sentido histórico en que las cosas fueran así: el pionero independiente se había ido, dejando paso al filósofo que los tiempos necesitaban para que fuesen formulados los nuevos principios.
5… d6
Obivamente fuerte. En la práctica Steinitz se encontró con 5… Dh5+ 6.Cf3 g5 7.Cd5!, y 5… b6 6.Cb5 (según Chigorín, es mejor 6.Dd2! Aa6+ 7.Rd1 Axf1 8.Cf3 Dh5 9.Txf1) 6… Aa6 7.a4, y también 5… Cf6 6.Cf3 Dg4 7.d5 Ce5 8.h3 Dh5 9.Axf4 Cxf3 10.gxf3 d6 11.Rd2 Dh4 12.Ae3, con ventaja de las blancas (Chigorín-Steinitz, 1892).
Aquí puede plantearse un rompecabezas con 5… d5!? 6.exd5. Por ejemplo:
- 6… De7+ 7.Rf2 Dh4+ 8.g3! fxg3+ 9.Rg2 Ad6 10.De1+! Cce7 11.hxg3 Dxd4 (Steinitz-Chigorin, 1883) 12.Cf3!, con ventaja, o bien 9… Cxd4? (una novedad frustrada: de repente las negras se quedan sin desarrollo) 10.hxg3 Dg4 11.De1+ Ae7 12.Ad3 (amenaza 13.Th4) 12… Cf5 (12… Rd8 13.Ce4) 13.Cf3 Ad7 14.Af4 f6 15.Ce4 Cgh6 16.Axh6 Cxh6 17.Txh6 gxh6 18.Cxf6+ Rf7 19.Cxg4, y las blancas ganaron (Steinitz-Zukertort, 1886). ¡Esta victoria fue la que le reportó oficialmente a Steinitz el título de campeón del mundo!
- 6… Ag4+!? 7.Cf3 0-0-0 (7… Axf3+!? 8.gxf3 De7+) 8.dxc6 Ac5 9.cxb7+ (9.De1!? Dh5! 10.cxb7+ Rb8, Steinitz-Club de Ajedrez Liverpool 1898) 9… Rb8 10.Cb5 Cf6 11.Rd3 Dh5 (es confuso 11… Af5+ 12.Rc3 Ce4+ 13.Rb3 Df6 14.De1) 12.Rc3 Axd4+? (lo preciso era 12… a6!) 13.Cbxd4 Dc5+ 14.Rb3 Db6+ 15.Ab5 Axf3 16.Dxf3 Txd4 17.Dc6 Da5 18.c3 y las blancas ganaron (Steinitz-Zukertort, 1872).
6.Cf3 Ag4 7.Axf4 0-0-0
En la partida originaria Steinitz-Neumann (Dundee 1867) siguió 7… Axf3+ 8.Rxf3 Cge7 (8… Cf6 9.Ab5!; 8… g5!?) 9.Ae2 0-0-0 10.Ae3 Df6+ 11.Rg3 d5 12.Ag4+ Rb8 13.e5 Dg6 14.Rf2 h5 15.Ah3! f6 16.exf6 Dxf6+ 17.Df3 Dxf3 18.gxf3! g6 19.Ce2! Cf5?! 20.Axf5 gxf5 21.c3 Ad6 22.Af4! y las blancas se impusieron.
En Baden-Baden Seinitz se permitió jugar, contra Rosenthal, 8.gxf3?! Dxf4 9.Cd5, y después de 9… Dh6? (era fundamental 9… Dh4! 10.Cxc7+ Rd8 11.Cxa8 Rc8 12.d5 Ce5 13.Dd4 Rb8, y tras 14.Dc3, 14… Dd8!) 10.Cxc7+ Rd8 11.Cxa8 Rc8 12.d5 Cf6 (12… Ce5 13.Dd4 Rb8 14.Dc3! y el caballo de a8 se salva) 13.dxc6 d5 14.Dd4 Ad6 15.Dxa7 bxc6 16.Te1 Te8 17.Rd1! dxe4 18.Txe4 Txe4 (18… Cxe4? 19.Cb6+ y Dd7#) 19.fxe4 Df4 20.Ah3+ Rd8 21.Tf1 Dxe4 22.Db6+ Re8 23.Te1, y las negras se rindieron.
Tal vez sea más lógica 7… f5! (de E. Schmidt, 1895). Por ejemplo:
- 8.exf5 (no es bueno 8.Cd5 0-0-0, ni 8.h3 fxe4! 9.Cxe4 De7 10.hxg4 Dxe4+ 11.Ae3 Cf6) 8… 0-0-0 9.Ag3 Axf3+ 10.Rxf3 Cxd4+ 11.Rf2 Df6.
- 8.d5 Ce5 9.Axe5 dxe5 10.g3 Dh5 11.Ag2 Ch6!, o bien 9.Re3 Axf3 10.gxf3 g5! 11.Axe5 dxe5 12.Dd3 Ac5+.
- 8.e5 Axf3+ 9.Rxf3 Dg4+ 10.Re3 dxe5! 11.Dxg4 (11.Axe5? Cxe5 12.dxe5 Ac5+) 11… exd4+ 12.Rd3 fxg4.
- 8.Dd2 Cf6 9.exf5 0-0-0 10.g3 Dh5 11.Ag2 d5 12.h3 Axf5 13.g4 Dg6 14.Ch4 De8+ 15.Rf2 Ae4, y como en las variantes anteriores, las negras siempre tienen juego (Averbaj-Trifunovic, 1963).
8.Re3 Dh5
Era favorable a las blancas 8… Axf3 9.Dxf3 f5 10.d5 Cce7 11.Rd2 fxe4 12.Cxe4, Steinitz-Winawer, 1883, aunque hay que señalar la curiosa 8… De7!? 9.Rf2 f5 10.exf5 Dd7.
9.Ae2 Da5?
Las negras pierden un valioso tiempo, temiendo 10.h3. Según los procedimientos modernos, podrían haber seguido con 9… f5 10.h3 (10.Cg5?! Cf6 11.Rd3 fxe4+ Coldwell-Bisguier, 1987) 10… Axf3 11.Axf3 De8 12.Rf2 fxe4, con progresiva igualdad, y también 9… g5! 10.Cxg5 Cf6! (¡estoy seguro de que Morphy refrendaría este tipo de ideas!) 11.h3 Axe2 12.Dxe2 Dg6 13.d5 Ce5 14.Cf3 Ah6!, con muy buena compensación por el peón (Barle-Portisch, 1975).
10.a3!
La dama negra se encuentra incómoda en su flanco.
10… Axf3 11.Rxf3!
¡Lo mejor! Paulsen contaba con 11.Axf3 g5! 12.Ag3 Ag7, con contrajuego.
11… Dh5+
En caso de 11… g5? seguiría 12.b4 Db6 13.Ae3, con las amenazas d4-d5, Cd5 y Ca4.
12.Re3 Dh4 13.b4!
Las blancas no se molestan en perseguir a la dama contraria y emprenden un ataque al rey.
13… g5 14.Ag3 Dh6 15.b5 Cce7 16.Tf1 Cf6 17.Rf2 Cg6 18.Rg1!
“Ciertamente una revelación, pues en 18 jugadas ¡las blancas han realizado seis movimientos de rey! Ahora es frustrante la posición de la dama negra” (Neishtadt). El resultado de la partida no ofrece dudas, porque la descoordinación del ejército negro hace que su rey se encuentre casi desamparado.
18… Dg7 19.Dd2 h6 20.a4 Tg8 21.b6!
Un sacrificio de peón para abrir líneas al ataque sobre el rey, un procedimiento muy empleado en el siglo XX.
21… axb6 22.Txf6!
La ventaja más tangible de este sacrificio de calidad es el dominio de la casilla d5.
22… Dxf6 23.Ag4+ Rb8 24.Cd5 Dg7 25.a5
¡Todas las fuerzas blancas participan en el ataque!
25… f5
Tentativa desesperada por incorporar la dama a la defensa. Otras jugadas tampoco eran especialmente útiles. Por ejemplo: 25… Ce7 (25… c5 26.axb6!) 26.axb6 cxb6 (26… Cxd5 27.Ta8+! Rxa8 28.Da5+ y mate) 27.Cxb6, o bien 25… b5 26.a6 b6 (26… bxa6 27.Da5) 27.a7+ Rb7 28.Cxc7 Rxc7 29.Dc3+ Rb7 30.Ad7! etc.
26.axb6 cxb6 27.Cxb6! Ce7
Seguiría mate en caso de 27… fxg4: 28.Ta8+ Rc7 29.Dc3+ Rxb6 30.Da5+ Rc6 31.d5+ Rd7 32.Dxd8#
28.exf5
“Mucho más fuerte que 28.Dc3, ya que sigue 28… Cc6 29.Ta8+ Rc7 30.Cd5+ Rd7 31.Axf5+ Re8” (Neishtadt). Sin embargo, las blancas disponían aquí de 31.exf5! Dxd4+ (31… Txa8 32.f6+ y 33.fxg7) 32.Dxd4 Cxd4 33.Cf6+ Rc7 34.Txd8 Rxd8 35.Cxg8, ganando. Pero el programa de ordenador ha visto mate forzado, con 28.Db4 Rc7 29.Ca8+ Rc8 30.Axf5+ Td7 31.Axd7+ Rxd7 32.Dxd6+ Re8 33.Cc7+ Rf7 34.De6#. No obstante, nada más lejos de mi intención que criticar a Steinitz, quien no podía disponer de la tecnología actual para sus análisis.
28… Df7 29.f6 Cc6 30.c4
Sin prisa, pero sin pausa.
30… Ca7 31.Da2 Cb5
Desesperación…
32.Cd5
La computadora indica 32.Da8+ Rc7 33.Da5 y mate en tres. Por supuesto, las negras podrían rendirse, ya que no pueden evitar el mate.
32… Dxd5 33.cxd5 Cxd4 34.Da7+ Rc7 35.Tc1+ Cc6 36.Txc6#!
En la segunda vuelta Steinitz venció a Paulsen con negras, confirmando la bondad del estilo posicional. Era el comienzo de un largo período en que el ajedrez empezaría a evaluarse de forma distinta.
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