
A la pregunta «¿Qué libro(s) ha(n) ejercido una profunda influencia sobre usted?», los grandes maestros responden…
Natalia Zhukova: ‘Mi sistema’, de Nimzovich.
Vassili Ivanchuk: ‘My Last Lectures’ de Capablanca, los libros sobre finales de Dvoretsky y ‘Mis geniales predecesores’ de Kasparov.
Magnus Carlsen: ‘Find the Plan’, de Larsen, porque fue el primer libro que leí.
Xu Yuhua: ‘Partidas selectas’ de Karpov.
Alex Yermolinsky: No fue un libro, sino una serie de artículos publicados en la ‘Pariser Zeitung’, que han influido mucho sobre la gente, en particular sobre quienes no los han leído.
Vlastimil Hort: El libro de Karel Opocensky sobre el Torneo AVRO de 1938.
Joel Benjamin: ‘How to Open a Ches Game’, escrito por 7 grandes maestros.
Alexander Morozevich: Los libros de Bronstein son magníficos y siguen estando vigentes.
Elisabeth Pähtz: Los libros y partidas de Capablanca.
Jennifer Shahade: ‘Los siete pecados capitales del ajedrez’, por Jonathan Rowson.
Suat Atalik: Los libros de Gufeld me enseñaron a cómo no jugar al ajedrez.
Bartlomiej Macieja: Ninguno. Para ser honesto, debo decir que he leído muy pocos libros de ajedrez.
Irina Krush: Hasta hace un par de años no había leído libros de ajedrez. El que más me gusta es ‘Vida y partidas de Mijail Tal’.
Paco Vallejo: El primero que leí, ‘Bobby Fischer’, por Pablo Morán.
Viktor Bologan: ‘Capablanca’ y ‘Karpov’, en ediciones soviéticas.
Alexandra Kosteniuk: Los libros de Alekhine sobre los torneos de Nueva York 1924 y 1927.
Pavel Eljanov: Los libros de Dvoretsky.
Vladislav Tkachiev: David contra Goliath, por David Bronstein.
Teimur Radjabov: Ninguno.
Ruslan Ponomariov: ‘Mis mejores partidas’ (vol. 2, con negras), por Viktor Korchnoi.
Vladimir Malajov: ‘Mi sistema’, aunque no diría que ejerció una gran influencia sobre mí.
Luke McShane: He hojeado muchos, pero la verdad es que he leído muy pocos.
Sergei Karjakin: Los libros de Alekhine sobre Nueva York 1924 y 1927.
Zhang Zhong: Las colecciones de partidas de los campeones.
Alexander Onischuk: ‘Mosaico ajedrecístico’, de Gik y Karpov.
Lev Alburt: ‘Partidas selectas’, de Botvinnik.
Michael Adams: ‘Partidas selectas de Petrosian 1946-1963’, por Peter Clarke, aunque «profunda influencia» sería mucho decir.
Ben Finegold: San Antonio 1972.