Foto del Gran Maestro de Ajedrez Mark Taimanov.

Fischer vs Taimanov, Vancouver 1971

Resultado: 1-0    Fecha: 18/05/1971    ECO: B32

Apertura peón de Rey; Defensa siciliana

1.e4 c5 2.Cf3 Cc6 3.d4 cxd4 4.Cxd4 e6 5.Cb5

La vieja línea 5.c4 Cf6 6.Cc3 rara vez se juega hoy en día, debido a 6… Ab4 7.Cxc6 bxc6 8.Ad3 (8.e5?! Ce4) 8… e5 (esto es más sencillo que 8… d5 9.exd5 exd5 10.cxd5 Cxd5 11.0-0 0-0, como jugó hace mucho tiempo Tartakower contra Spielmann y Rubinstein, 1908) 9.0-0 0-0 10.Ad2 Ac5!, o bien 10.Ae3 (Kramnik-Kaspárov, 1994) 10… Axc3! 11.bxc3 d6, con igualdad.

5… d6 6.Af4

Esta concreta jugada de ataque, a lo Morphy, era un arma favorita de Fischer que le reportó buen número de victorias. Seis meses antes, en el Interzonal de Mallorca, había elegido la sólida 6.c4 contra Taimanov, pero no pudo lograr ni una sombra de ventaja. Por cierto que, por el contrario, el siguiente campeón mundial, Karpov, solía preferir 6.c4, puesto que las negras ya no tienen Ab4, buscando un control posicional más atractivo que una jugada antes.

6… e5

6… Ce5? no tiene buena reputación, debido a 7.C1a3! Cf6 8.Axe5! dxe5 9.Dxd8+ Rxd8 10.Td1+ Re7 11.Cd6 (Boleslavsky) 11… g6 12.h4! y Th3-d3, o bien 11… Ce8 12.Cxe8 Rxe8 13.Ab5+ Re7 14.Cc4, con una clara ventaja.

7.Ae3 Cf6

Está claro que no 7… f5? 8.C1c3!, como había jugado mucho antes Morphy contra Anderssen. Actualmente, se juega más a menudo 7… a6!? 8.C5c3 Cf6. Por ejemplo:

  1. 9.Ac4 Ae7 10.Cd5 Cxd5 11.Axd5 0-0 12.Cc3 Rh8 13.0-0 Ae6 14.Ab3 Dd7 (no 14… Ca5!? 15.Cd5 Cxb3 16.axb3 Axd5 17.Dxd5 Dc7 18.c3, Fischer-Badilles, 1967) 15.Cd5 Ad8, con aproximada igualdad, o incluso 9… Ae6 10.Cd5 Cxe4!? (un agudo sacrificio de calidad) 11.Ab6 Dg5 12.Cc7+ Dd7 13.Axe6+ fxe6 14.Cxa8 Dxg2 15.Tf1 Ae7 16.Cd2 Txa8, con excelente contrajuego (Macieja-Rublevsky, 2003).
  2. 9.Ag5 Ae7 10.Axf6 (10.Cd2 Ag4!, con igualdad, Almasi-Ivanchuk, 2000) 10… Axf6 11.Cd2 0-0!? (un sacrificio en busca de actividad; 11… Ae6 12.Cc4 Cd4 es más tranquilo) 12.Cc4 b5 13.Dxd6 bxc4 14.Dxc6 Ae6 15.Ae2 Tb8 (15… Tc8!?) 16.0-0 (16.Tb1!?) 16… Dd2 17.Tab1 Dxc2 18.Tfc1 Dd2 19.Td1 Dc2 20.Dxa6 Tfc8 21.h3 Ae7, tablas (Kaspárov-Anand, 1998).

8.Ag5

La jugada de Bronstein. Después de 8.Ac4, es buena la sugerencia de Fischer 8… Ae6! 9.Axe6 fxe6 10.c4! Ae7, con igualdad, mientras que si 8.C1c3 a6 9.Ca3, lo más seguro es 9… Tb8 10.Ag5 b5 11.Cd5 Ae7, o bien 11… Da5+ 12.Ad2 Dd8 (Aronin-Taimanov, 1962).

8… Da5+

El comienzo de otro duelo de apertura. A la luz de esta partida, el jaque de dama fue criticado y desaparició de la competición durante mucho tiempo (una vez más, actuaron la magia de los nombres y el resultado). Aunque aquí como veremos, la ventaja de las blancas fue, en buena medida, de naturaleza psicológica.

Es más popular 8… Ae6, como en la sexta partida del presente match y en la primera del Fischer-Petrosian, o bien 8… a6 9.Axf6 gxf6 10.C5c3, y aquí después de 10… f5, las blancas podían elegir entre la aguda 11.Dh5!? Cd4 12.Ac4 (Bronstein-Polugaievsky, 1963) y la tranquila 11.Cd2 (Ivanchuk-Sveshnikov, 2000), pero había la interesante alternativa 10… Ae6!? 11.Cd5 Tc8 12.c3 Ag7 13.Ca3 f5 14.exf5 Axf5 15.Cc4 0-0! (Borisek-Sveshnikov, 2001), y la posición es una versión favorable a las negras de la variante Cheliabinsk. Sin embargo, en 1971 aún no había llegado su tiempo…

9.Dd2!

Si 9.Ad2 Dd8.

9… Cxe4 10.Dxa5 Cxa5 11.Ae3 Rd7

Habiendo tomado el peón central, las negras se han visto obligadas a retrasar su desarrollo y situar su rey en una posición incómoda. Sus esperanzas guardan relación con 12.Cxa7 (ó 12.Axa7) 12… d5, con igualdad.

12.C1c3!

¡Sorpresa! Se trata de un estricto sacrificio posicional de peón. Al cambiar la única pieza activa de su oponente, las blancas depositan sus esperanzas en la ventaja en desarrollo. Resulta que las negras tienen un final tedioso que exige una precisa defensa. Por supuesto, el giro de los acontecimientos no es del agrado de Taimanov, que siempre busca un activo juego de piezas.

Esta novedad tiene una historia interesante. La jugada de caballo fue recomendada por el maestro soviético Alexander Nikitin (que luego sería mi entrenador durante muchos años), en su monografía sobre la apertura, publicada en Moscú, en 1969. “Es sorprendente que a mí, un experto en la Defensa Siciliana, me haya pasado inadvertido este importante hallazgo teórico de un compatriota, y que Fischer lo haya podido detectar en un libro extranjero”, escribe Taimanov. Como consecuencia, tuvo que resolver los problemas ante el tablero.

Fischer siempre se distinguió por una aguda “visión ajedrecística” desde su juventud. Su trabajo con las fuentes de información supuso un importante paso adelante en la preparación de los jugadores profesionales. Bajo la influencia de sus hazañas, el Club Central de Ajedrez creó un índice especial de aperturas para los grandes maestros soviéticos.

Por cierto, debo mencionar también la idea posterior, 12.f3 (Wahls). Por ejemplo: 12… Cf6 13.Axa7 d5 (13… Cc6!?) 14.f4 Cc6 (14… exf4!?) 15.fxe5 Ab4+ 16.C1c3 (Amador Rodríguez-Hellsten, 1996) 16… Ce4!?, con juego agudo.

12… Cxc3

Taimanov recomienda la “inteligente” 12… a6 (?, Kaspárov) 13.Cxe4 axb5 14.Axb5+ Rc7 15.0-0-0 Ae6,“con igualdad” (Lukov-Kirov, 1982). Pero después de 13.Cd5!, las negras pierden la calidad: 13… axb5? 14.Axb5+ Cc6 15.Cb6+ y Cxa8; 13… Tb8? 14.Aa7 Cc6 15.Axb8 Cxb8 16.Ca7! Re6 17.Cc7+ Rd7 18.Ca8!, o bien 13… Rc6 14.Cbc7 cf6 15.Cxa8 Cxd5 16.Ad2! Cb6 (16… 17.b4!) 17.Cxb6 Rxb6 18.Axa5+!? Rxa5 19.Ac4, etc.

18.Cxc3 Rd8!

“La elección de esta jugada no fue fácil”, escribe Taimanov. “En los años siguientes se han considerado otros planes defensivos, pero no se ha descubierto ni uno solo viable. Puede concluirse que, en general, no hay forma de que las negras puedan igualar”.

Sin embargo, la computadora moderna no comparte este pesimismo. Aun después de la relativamente modesta 13… b6, no es fácil (si es que es posible) para las blancas demostrar que tienen ventaja.

  1. 14.0-0-0 (14.Ab5+ Rc7! 15.Cd5+ Rb7 y Ae6) 14… Ab7 15.f4 f6! (Taimanov sólo indica 15… Cc6 16.Ab5) 16.fxe5 fxe5 17.Td2 (o bien 17.Cd5 Tc8 18.b3, pero no 17.Ae2?! Axg2 18.Thg1 Ah3!, Wedberg-Sjöberg, 1985) 17… Ae7 18.Ae2 h5 19.Cd5, con presión, aunque sólo compensa el peón perdido (Torre-Hug, 1971).
  2. 14.f4!? (otra jugada que temía Taimanov) 14… Ab7! (14… f6 15.Ab5+ Rc7 16.Cd5+ Rb7, o bien 15.fxe5 dxe5! 16.0-0-0+ Re6 17.Cb5 Rf7, también es aceptable) 15.fxe5 dxe5 16.0-0-0+ Rc7! (16… Rc8 17.Ae2! Balashov) 17.Cb5+ (17… Rc8 18.Ad3 (18.Cxa7+?! Txa7 19.Axb6 Cc6!; 18.Td2 Ae7) 18… Ac6! 19.Thf1 f6 20.Tf2 Rb7, con peón extra y una sólida posición.

14.Cb5

Atacando de inmediato el peón. Después de 14.0-0-0 Ae6 15.f4, las negras pueden tratar de conservar el material extra con 15… f6 pero 15… Cc6 16.Ae2 Ae7 es más sencillo, obligando prácticamente a las blancas a recuperar el peón, 17.Cb5 Cd7 18.Cxd6 Axd6 19.fxe5 Cxe5 20.Ac5 Cc4 21.Axc4 Axc4 22.Txd6+ Rc7 23.Thd1 Ae6, con probables tablas.

14… Ae6

Molesto por la novedad de su oponente, Taimanov se apresura a adoptar una actitud defensiva y descarta la tentadora 14… d5!? que, en mi opinión, habría resuelto todos los problemas de las negras:

  1. 15.Axa7 (no 15.Cxa7 d4!, pero ahora existe la amenaza 16.Ab6+ y 17.Cc7) 15… Rd7! 16.Ae3 (16.0-0-0 Rc6! y Ae6) 16… d4 17.Ad2 Rd8! (¡un rey infatigable!) 18.Tc1 (18.c3?! Cb3!) 18… Ae6 19.c3 d3! 20.Axd3 Cc4, o bien 18.f4 f6 19.fxe5 fxe5 20.Ag5+ Ae7 21.Axe7+ Rxe7.
  2. 15.0-0-0 d4 16.c3 a6! 17.Ca3 Af5 (17… Axa3 18.bxa3 Ag4 también es digno de consideración) 18.Cc2 Tc8 19.Ad3 Axd3 20.Txd3 Cc6 (20… Ad6!?) 21.cxd4 Cb4! 22.Td2 e4! 23.Rb1 Cd5, etc.
  3. 15.c3 Ae6 16.Cxa7 Re7 (también es bueno 16… Rd7 ó 16… Cc4 17.Axc4 dxc4 18.0-0-0+ Re7) 17.b4 Cc4 18.Axc4 dxc4, o bien 17.b3 f5 18.Ab6 Rf6 19.Ae2 Ae7, y en todas estas variantes las blancas sólo pueden esperar unas tablas.

15.0-0-0 b6?!

Taimanov es coherente con su propio juego, pero también aquí era más fuerte 15… d5! Por ejemplo: 16.f4! (16.Axa7 Txa7!? 17.Cxa7 Ac5 18.Cb5 Axf2, con excelente juego por la calidad) 16… f6! (16… Cc6, con igualdad) 17.Axa7 Rd7! (si 17… Txa7?! 18.Cxa7 Ac5 y ahora 19.f5! Af7 20.Cb5) 18.Ab6 Ad6!, y las negras completan con éxito su desarrollo. En caso de 19.fxe5 (19.f5 Af7) 19… fxe5 20.c4?! Thc8! (20… Cxc4 con igualdad) 21.Cxd6 Rxd6 22.c5+ Txc5! 23.Axc5 Rxc5, la compensación por la calidad es evidente hasta para la computadora.

La recomendación de Balashov 15… Cc4 16.Axa7 Rd7 17.a4 Ae7 no es buena, ya que las blancas pueden jugar 16. Axc4 Axc4 17.Cxd6 Axd6 18.Ac5! f6 19.Axd6 Rc8 (19… Re8 20.f4!) 20.The1, conservando la iniciativa.

16.f4!

No, por supuesto, la codiciosa 16.Cxa7? Rc7 17.Cb5+ Cc6!. En su lugar, Fischer abre el centro, inicia la presión y gradualmente va exprimiendo a su rival con un corsé posicional, obligándolo a asumir una larga y penosa defensa.

16… exf4

Después de 16… f6 17.fxe5 fxe5 18.Cxd6, las negras sufren -¡y ahora gratis!- a causa de su débil peón de e5.

17.Axf4 Cb7 18.Ae2 Ad7 19.Td2 Ae7

Si 19… a6, podría haber seguido 20.Cc3! (20.Cxd6, con igualdad) 20… Ac6 (20… Ae6 21.Af3) 21.Ac4! f6 (las negras están obligadas a crearse nuevos agujeros) 22.Ad5 ó 22.Te1.

20.Thd1 Axb5

“La única jugada”, comenta Taimanov. Las negras se apresuran a eliminar el molesto caballo. Pero después de 20… a6!? 21.Cc3! (21.Cxd6 Cxd6 22.Rb1 Rc7 23.Axd6+ Axd6 24.Txd6 Thd8, con igualdad) 21… Ac6 22.Ac4 Rc7 23.Cd5+ (23.Te1 Af6! 24.Axf7 g6 25.Ag3 Axc3 26.bxc3 Taf8, con igualdad) 23… Axd5 24.Axd5 Tae8, tendrían muchas posibilidades de parar el asalto. Por ejemplo: 25.Td4 Thf8 26.Tc4+ Rb8 27.Tc6 Ad8.

21.Axb5 Rc7

en vista del juego subsiguiente, las negras deberían haber protegido la casilla e7 de la invasión de las torres blancas: 21… Tc8!? 22.Aa6 Tc7! 23.c3 Rc8 24.Rc2 Td8 25.Te2 h6 26.Tde1 Af6, conservando una posición defendible.

22.Te2! Af6 23.Tde1!

Después de este sutil reagrupamiento de torres, la presión de las blancas aumenta.

23… Tac8

No servía 23… Cc5?, en vista de la inesperada 24.Te7+! Axe7 25.Txe7+ Rd8 26.Txf7 h6 (26… Tb8 27.Ac6!) 27.Axd6 a6 28.Ae7+! Rc8 29.Ae2! Ta7 (29… h5 30.Ah4!) 30.Ag4+ Cd7 31.Txg7, ganando.

24.Ac4 Thf8 25.b4! a5 26.Ad5! Rb8 27.a3 Tfd8!

No hay alternativa. Las negras habrían perdido rápidamente después, por ejemplo, de 27… axb4 28.axb4 Tc7 (con una astuta trampa) 29.Ae3! (pero no 29.Axb7 Rxb7 30.Axd6 Ta8! 31.Axc7? Ac3!! y Ta1++) 31… Ra7 32.c4 Ac3 33.Ta2+ Rb8 34.Tee2 Te7 35.Axb6 Txe2 36.Txe2 Axb4 37.Te7, etc.

28.Axf7!

Las blancas restablecen el equilibrio material y conservan sus activas torres, un factor que es, indudablemente, la única posibilidad real de seguir jugando a ganar. Pero Taimanov opina de otro modo: “Quizá por primera vez en la partida, Fischer se desvía de su estrategia básica de jugar a por el total control de la posición. 28.Te4! Tc7 29.Ae3! era más fuerte y más coherente”.

Sin embargo, después de 29… Tc3!, las blancas no habrían conseguido nada por 30.Axb6 Tdc8 31.T1e2 Txa3, con igualdad. Además después de 28.Te4, también es posible jugar 28… Td7, y si 29.Ae3, entonces 29… axb4 30.axb4 b5 h Ae5, acercándose a la igualdad.

Este caso demuestra que los dos jugadores pensaban ante el tablero en diferentes categorías: Taimanov, de forma abstracta, y Fischer, de forma más concreta. En última instancia, el americano resultó tener razón.

28… Ac3 29.Ad2 d5! 30.Td1!

30.Te7?! hubiera sido un tiro al aire por 30… Axd2+ 31.Rxd2 Cd6 32.bxa5 Cc4+ 33.Re2 Cxa5 34.Rd3 Cc6 35.T7e6 Rc7 36.Ae8 Td6.

30… d4 31.Axc3 Txc3 32.Rb2 d3! 33.Rxc3 dxe2 34.Te1 Cd6

Las negras han conseguido resistir e incluso activar sus piezas, pero tienen ante sí un camino tortuoso para alcanzar las tablas. En la era Fischer se produjo un brutal incremento en el nivel de jugadas buenas y muy buenas, que debían realizarse obligatoriamente al menos para no perder.

35.Ah5 Cb5+?

Tras invertir muchas energías en defenderse en apuros de tiempo, “naturales, en vista de la necesidad de resolver los problemas planteados por la inagotable imaginación de Fischer”, Taimanov no encuentra una posibilidad de salvación.

Tenía que haberse desembarazado de su peón de e2 de forma ventajosa con 35… Tc8+! 36.Rb2! (no 36.Rb3 Cb5, con tablas).

Ahora, en caso de la evidente 36… Cc4+? 37.Rb3! Cd2+ 38.Ra4 axb4 39.axb4 g6 (39… Txc2 40.Txe2 g6 41.Af3) 40.Ag4! (parece que 40.Axe2 Txc2?! 41.Rb5!, etc, también es fuerte, pero 40… Te8! es más tenaz) 40… Txc2 41.Txe2 Tc4, según Taimanov las negras habrían tenido “buenas posibilidades de salvar esta agónica partida”. Lamentablemente, después de 42.h3! esas posibilidades se habrían disipado como la niebla matinal: 42… Td4 43.Te8+ Rc7 44.Te7+ Rc6 45.Ae2, o bien 42… Ce4 43.Rb5! Td4 44.Tc2 Cf6 45.Af3 Ce8 46.Te2! Cc7+ 47.Rxb6 Txb4+ 48.Rc5 Tb1 49.Te7 h5 50.Rd6, con una superioridad abrumadora.

Parece que sólo la nada evidente 36… g6! (Belov), con idea de explotar la clavada de la columna e, podría haber salvado a las negras:

  1. 37.Ag4 (no 37.Af3?! Ac4* 38.Ra2 Cd2!) 37… Tc4 38.Axe2 Te4! 39.bxa5 bxa5 40.Rc3 (40.c3 Cc4+ 41.Rb3 Rc7, con tablas) 40… Cb5+ 41.Rd2 (41.Rd3 Td4+ 42.Re3 Cxa3! 43.Ad3 Tb4 también conduce a tablas) 41… Cxa3 42.Ad3 (42.Ta1 Cxc2) 42… Txe1 43.Rxe1 Cb1! y el caballo no es inferior al potente alfil.
  2. 37.Axe2 Te8 38.bxa5! (nada se consigue con 38.Rc1 Cc4 39.Rd1 Cxa3, ni con 38.Rc3 Te3+ 39.Rd2 Txa3, y ahora no es posible 40.bxa5? por 40… Ce4+!, mientras que si 40.Ad3 axb4 41.Te6 Cc8, el resultado es de tablas) 38… bxa5 39.Rc3! (39.c3 a4 40.Rc2 Cb5 41.Rd2 se para con 41… Td8+ 42.Ad3 Cxa3 43.Te7 Cb1+) 39… Cb5+ 40.Rd2 Cxa3 41.Tc1! Td8+ 42.Rc3 Td5 43.Af3 (43.Ad3 Cb5+) 43… Tc5+! 44.Rd3 Cc4 45.Tb1+ Rc8 46.Rd4 Tc7, tablas.

36.Rb2 axb4 37.axb4 Td4

Comienza un nuevo período de sufrimiento para las negras. “37… g6 38.Af3! Cd4 39.Ae4 Te8 40.Ad3, etc., no habría servido de mucho” (Balashov).

38.c3 Th4 39.Axe2 Cd6 40.Td1 Rc7 41.h3 Tf4

La tentativa 41… b5? no es buena debido a 42.Td5 Rc6 43.Af3! Rd7 44.Tc5, o bien 43… Cc4+ 44.Rb3 Rb6 45.Ae2!.

42.Tf1 Te4 43.Ad3 Te5 44.Tf2 h5 45.c4

La partida se aplazó en esta posición, penosa para Taimanov. El juego continuó al día siguiente:

45… Tg5 46.Rc3 Rd7 47.Ta2 Rc8 48.Rd4 Rc7 49.Ta7+

Con 49.Te2!? Rd7 50.c5 bxc5+ 51.bxc5 Cc8 52.Ab5+ Rc7 52.Aa6, las negras también tendrían escasas perspectivsa de salvar la lucha.

49… Rd8 50.c5?!

“Un sorprendente error para un jugador de su clase. Era mejor 50.Ta6! Rc7 51.c5 bxc5+ (51… Cc8 52.Ae4, con fuerte centralización) 52.bxc5 Cc8 53.Tg6, y el final de piezas menores es desesperado para las negras” (Balashov). O bien 52… Cf5+ 53.Axf5 Txf5 54.Tg6 Tf4+ 55.Rd5 Tf7 56.Tg5, ganando.

50… bxc5+ 51.bxc5 Ce8 52.Ta2?

Esta extraña retirada demuestra que Fischer había perdido el hilo de la partida. Por lo visto, antes de la reanudación del juego debió haber llegado a la conclusión de que podía “ganar a placer”. Las blancas habrían conservado una gran ventaja con 52.Ae4! Cc7 53.Rc4 Ce6 54.c6 Tc7 55.Ta3! Te5 56.Td3+ Rc8 57.Af3, o bien 53… Te5 54.Af3 Te1 55.c6 h4 56.Ta5.

52… Cc7 53.Ac4 Rd7 54.Tb2

54.Te2 Rc6 55.Te7 Txg2 56.Ad3 Cb5+ 57.Rc4 Ca3+ 58.Rb4 Cc2+ 59.Ra5 no habría ganado en vista de la conocida operación 59… Rxc5! 60.Tc7+ Rd6! 61.Txc2 Txc2 62.Axc2 g5 63.Rb6 g4 64.h4 Re7!, y el final de torres, tras 54.Ab3 Rc6 55.Aa4+ Cb5+ 56.Axb5+ Rxb5 57.h4, es tablas debido a 57… Tg3! 58.Rd5 Td3+ 59.Re6 Tg3 60.Tc2 Rc6.

54… Rc6!

¡Una espléndida réplica!

55.Ab3

Ahora está claro que la proyectada invasión 55.Tb6+ Rd7 56.Td6+ Re7 deja indefenso el peón de g2. Quizá obtendría algunas posibilidades de ganar con 56.Ab3 Txg2 57.Aa4+ Re7 58.Tb7 Rd8, pero Fischer entrega sencillamente su peón pasado y comienza a jugar a partir, prácticamente, de cero, ¡una posición en la que muchos grandes maestros hubieran acordado tablas!

55… Cb5+ 56.Re3 Rxc5 57.Rf4 Tg6

Es difícil imaginar que un candidato al título de campeón mundial pueda perder un final así. Pero Fischer crea continuos problemas, consumiendo las energías y nervios de su oponente.

58.Ad1 h4 59.Rf5 Th6 60.Rg5 Cd6 61.Ac2 Cf7+ 62.Rg4 Ce5+ 63.Rf4 Rd4 64.Tb4+ Rc3 65.Tb5 Cf7 66.Tc5+ Rd4 67.Tf5 g5+ 68.Rg4 Ce5+

Había otra forma de hacer tablas: 68… Tc6 69.Tf2!? (o bien 69.Aa4 Ch6+ 70.Rxg5 Cxf5 71.Axc6 Re5 72.Af3 Ce3 73.Rxh4 Cxg2+! 74.Axg2 Rf6) 69… Ce5+ 70.Rxg5 Re3 71.Tf5 Txc2 72.Txe5+ Rf2(d4).

69.Rxg5 Tg6+ 70.Rxh4 Txg2 71.Ad1 Tg8

No hay necesidad de tomar medidas extremas como 71… Cg6+ 72.Rh5 Re3 73.Ag4 Cf4+ 74.Rh4 Cxh3, forzando un final teórico de tablas de torre y alfil contra torre. Taimanov lo eludió, temiendo que su oponente jugase hasta el fin. Fischer confirmaría luego que estaba dispuesto a realizar las 50 jugadas estipuladas por el Reglamento.

72.Ag4 Re4 73.Rg3

Aquí se aplazó la partida por segunda vez y, para desgracia de Taimanov, la siguiente sesión tuvo lugar sólo después de la tercera partida, que de nuevo había perdido de forma lastimosa.

La posición es de tablas muertas se mire por donde se mire. “Yo, y no sólo yo”, escibió Tal, “no habría jugado esta posición, cualquiera que fuese mi situación en el torneo, porque es una pura pérdida de tiempo. ¡Pero Fischer juega hasta que sólo queden los reyes!”.

Creo que, desde el punto de vista de la estrategia de match, su decisión de proseguir la lucha está plenamente justificada. Fischer, con su muy desarrollado instinto asesino, comprendió muy bien que su oponente, que el día anterior había perdido una partida casi ganada, debía estar seriamente deprimido y sin humor para jugar. Ciertamente, Taimanov no encontró la fuerza necesaria para apartar de su mente los tormentosos acontecimientos de la tercera partida. Así que abandonó el análisis de la posición aplazada, y junto con su segundo, el gran maestro Vasiukov, invirtió toda la noche en buscar la forma de ganar, después de la malograda 20.Dh3. Nadie podría reprocharle esta inútil ocupación, cuyo resultado difícilmente podría haberle tranquilizado.

No hay que decir que, tras una noche insomne, Taimanov se presentó a la reanudación con la mente embotada y sin un plan claro para hacer tablas, de modo que los milagros no tardaron en producirse.

73… Tg7 74.Tf4+ Rd5 75.Ta4

“Mejores posibilidades prácticas ofrecía 75.Tf8, ya que tras 75… Cxg4? 76.hxg4, el final está ganado para las blancas” (Balashov): 76… Re6 77.Rf4!, etc. Las negras tendrían que responder 75… Re4 76.Te8 Tf7.

75… Cg6

Pero aquí, la transición a un final de torres, 75… Cxg4! 76.hxg4 Re6 habría conducido a unas tablas teóricas: 77.Rh4 (77.Tf4 Tf7!) 77… Tg8 78.Tf4 Re5! 79.Tf5+ Re6, o bien 78.Rh5 (78.g5 Rf5) 78… Rf6 79.Ta6+ Rf7 80.g5 Th8+ 81.Th6 Ta8. Sin embargo, por alguna razón, Taimanov no elimina el alfil Fischer, que al final le asestará un cruel golpe definitivo.

76.Ta6 Ce5 77.Rf4 Tf7+ 78.Rg5 Tg7+ 79.Rf5 Tf7+ 80.Tf6 Txf6+ 81.Rxf6 Re4??

Sin duda alguna, la más horrible pesadilla en la biografía ajedrecística de Mark Taimanov. Las negras tenían que elegir entre cuatro jugadas, tres de las cuales llevaban a unas rápidas tablas, y la otra a una igualmente rápida derrota. Esa jugada fue precisamente la que eligió Taimanov.

Las arduas tablas se habrían conseguido con 81… Rd4 82.Ac8 Cf3 83.Ab7 Ch4 84.Rg5 Re5 85.Rxh4 Rf6, o bien 81… Rd6 82.Ae2 Cd7+ 83.Rg7 Re7 84.h4 Cf6 85.Af3 Ce8+ 86.Rg6 Rf8 87.Ad5 Cg7 88.Ac4 Ch5, así como también con la elegante 81… Cd3 82.h4 Cf4 83.Rf5 Rd6! 84.Rxf4 Re7.

82.Ac8!

¡El horror de los horrores!

82… Rf4

Tales cosas suceden sólo en los problemas de ayuda. El rey se ha situado de forma tal que impide a su propio caballo detener al peón enemigo. No es posible 82… Cf3 (por 83.Ab7+), ni 82… Cd3 (por 83.Af5+).

83.h4 Cf3 84.h5 Cg5 Af5 Cf3 86.h6 Cg5 87.Rg6

Las negras están en Zugzwang y el peón se desliza hacia la casilla de coronación.

87… Cf3 88.h7 Ce5+ 89.Rf6 y las negras se rindieron.

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