Foto del Gran Maestro de Ajedrez Richard Reti.

Reti vs Alekhine, Baden Baden 1925

Resultado: 0-1    Fecha: 25/04/1925    ECO: A00

La siguiente es una de las partidas más brillantes en la historia del ajedrez, que ha cautivado a millones de aficionados. Alekhine consideraba esta partida y la que le ganó a Bogoljubov en Hastings 1922 las mejores de su carrera.

A comienzos de los años 20 Réti había lanzado un desafío a la escuela clásica con su “tortuosa” apertura 1.Cf3, 2.g3 y c2-c4, con una apasionada fe en la efectividad del minado del centro y en la fuerza de sus alfiles de fianchetto. El nuevo método resultó eficaz incluso contra los más fuertes oponentes, incluidos Rubinstein y Capablanca, quienes perdieron el hilo del juego, debido a que no estaban familiarizados con este tipo de posiciones. Más tarde, la Apertura Réti fue empleada por Capa y Alekhine, así como por muchos otros, y actualmente es un huésped habitual de los torneos a cualquier nivel. Hay pocos que al jugar 1.Cf3 puedan pensar en el tormento que significó descubrir la verdad, hace casi un siglo.

1.g3

En lugar de su favorita 1.Cf3!

1… e5! 2Cf3

“Un experimento que Réti nunca repetiría después de esta partida. Las blancas tratan de jugar la Defensa Alekhine con colores invertidos, es decir, con un tiempo más. Pero la forma en que han empleado ese tiempo (g2-g3) resulta desfavorable a su causa” (Alekhine).

Pero he aquí un experimento de la segunda mitad del siglo XX: 2.Ag2 d5 3.Cf3 e4 4.Cd4 c5 5.Cb3 c4 6.Cd4 Ac5 7.c3 Cc6 (7… Db6 8.d3) 10.b3! Aa6 11.Aa3! Db6 12.bxc4 Axc4 13.Axc5 Dxc5 14.d3 exd3 15.exd3 Aa6 16.Te1 0-0 17.d4 Dd6 18.Dd2, con una ligera ventaja posicional de las blancas (Larsen-Donner, 1959).

2… e4 3.Cd4 d5

Como comentó Alekhine, las negras se contentan con un desarrollo libre y posibilidades más o menos igualadas, aunque con 3… c5! 4.Cb3 c4 5.Cd4 Ac5 6.c3 Cc6 habrían demostrado lo absurdo que resulta un “desarrollo” así para las blancas. ¡Pero Larsen no estaba de acuerdo con esto!

4.d3 exd3 5.Dxd3 Cf6 6.Ag2 Ab4+

No está del todo claro que las negras deban cambiar su alfil de rey.

7.Ad2 Axd2+ 8.Cxd2 0-0

En la primera edición de la Enciclopedia de Aperturas de Ajedrez (1979) se recomendaba 8… Cbd7 9.c4 c5?! 10.C4b3 d4, “con ventaja de las negras”, pero después de intercalar 10.De3+, perderían el derecho al enroque.

9.c4! Ca6

“Al margen de su excéntrica primera jugada, Réti juega muy bien la apertura. Las negras no tendrían ninguna ventaja contestando 9… c5, debido a 10.C4b3, amenazando tanto 11.Cxc5, como 11.cxd5” (Alekhine).

10.cxd5 Cb4 11.Dc4 Cbxd5 12.C2b3 c6 13.0-0 Te8 14.Tfd1 Ag4 15.Td2

Después de 15.h3, las negras proyectaban 15… Ah5 y Ag6-e4, para neutralizar el poderoso alfil de g2. También procuran hacerlo en la partida.

15… Dc8 16.Cc5

Las blancas siguen su propio camino.

16… Ah3! 17.Af3

Como de costumbre, el plan de Alekhine se basa en matices tácticos: 17.Axh3 Dxh3 18.Cxb7? no es posible, debido a 18… Cg4 19.Cf3 Cde3! 20.fxe3 Cxe3 21.Dxf7+ Rh8! 22.Ch4 Tf8 -+.

17… Ag4 18.Ag2 Ah3 19.Af3 Ag4

Un sutil cálculo psicológico; Alekhine propone tácticamente tablas, sabiendo perfectamente que evitar, con blancas, una lucha en fase tan temprana, sería para su rival equivalente a una derrota moral. Por otro lado, también es incómodo para las blancas desprenderse de su fuerte alfil.

20.Ah1?!

Debemos tomar nota de este momento histórico: “Si Réti hubiese jugado 20.Ag2, la partida hubiese finalizado en tablas por repetición de jugadas, y no hubiéramos podido ver una brillante combinación. La veleidosa fortuna gobierna en ajedrez, aunque… ¿sólo en ajedrez?” (Kotov).

20… h5!

La señal de salida de un ataque directo al rey en el que primero hay que debilitar el punto g3.

21.b4 a6 22.Tc1 h4 23.a4 hxg3 24.hxg3 Dc7 25.b5

“Consecuente, pero muy arriesgado, por decirlo de forma eufemística” (Alekhine). Era mucho más seguro 25.c4, las negras pensaban jugar 25… Cb6 y Cbd7!, con suficiente contrajuego. Pero Réti, por supuesto, no quería bloquear la diagonal h1-a8 de su alfil favorito.

25… axb5 26.axb5

Parece que la estrategia de las blancas ha triunfado: están a punto de dejar a su oponente con un peón débil, destinado a caer. Pero Alekhine encuentra un recurso que cambia radicalmente el cuadro.

26… Te3!

“Parece casi increíble que esta espectacular jugada no sólo detenga el ataque de las blancas, si no que también les cause considerables problemas” (Alekhine). Su rey se encuentra de repente en dificultades: 27.fxe3?? Dxg3+ 28.Ag2 Cxe3, y se amenaza 27… Txg3+. Réti, incapaz de resistir la presión de Alekhine, ¡afortunadamente para el ajedrez!, se viene abajo.

27.Cf3?

Curiosamente, esto es ya un error irreparable. Es dudoso 27.Ag2?! Txg3! 28.e3 (28.fxg3? Ce3 29.Dd3 Dxg3 -+), debido a 28… De5!, donde ni 29.bxc6? Cxe3! 30.fxe3 Dxe3+, ni 29.fxg3? Dxe3+ 30.Tf2 cxb5! 31.Cxb5 Ae2 32.Cc2 Cg4 -+ son posibles, mientras que si 29… Txg2+! 30.Rxg2 b6!! 31.Ccb3 (31.Cxc6 Dh5) 31… Cb4 (31… c5!?) 32.Db1 c5 -+.

“También era insuficiente 27.Rh2, a causa de 27… Taa8! 28.Ccb3 (pero no 28.fxe3? Cxe3 29.Db4 Cf1+, etc.) 28… De5! 29.bxc6 bxc6, con un poderoso ataque, pues 30.fxe3 seguiría siendo malo, debido a 30… Dh5+ 31.Rg1 Dh3” (Alekhine). Sin embargo, no se ve una rápida victoria: 32.Axd5 Cxd5 33.Cf3 Dxg3+ 34.Rh1 Axf3+ 35.exf3 Dxf3+ 36.Rh2 Dxe3 37.Dxc6 Txb3 38.Dc8+ Rh7 39.Df5+ Rh6 40.Tc6+ f6, etc. Pero, por supuesto, mejor es 30.Af3! Axf3 31.exf3! (amenazando fxe3 ó Dxc6), parando el ataque.

“La única posibilidad de salvación era 27.Af3! Axf3 28.exf3! cxb5 29.Cxb5 Da5!, con ventaja negra, ya que 30.Txd5 perdería inmediatamente, después de 30… Te1+ 31.Txe1 Dxe1+ 32.Rg2 Ta1” (Alekhine). Aquí hay, obviamente, algún malentendido, ya que después de 33.Td8+ Rh7 34.Dh4+ Rg6 35.f4!, no son las blancas quienes pierden, ¡sino las negras! Y si 32… Cxd5 (en lugar de 32… Ta1?) 33.Dxd5 Ta1, entonces es tablas: 34.Dd8+ Rh7 35.Dh4+. También en caso de 30.Tdd1 Te7 31.Cd6 es difícil hablar de ventaja alguna de las negras.

27… cxb5!

El comienzo de un tifón, que barrerá todas las piezas del tablero.

28.Dxb5 Cc3! 29.Dxb7

Si Dc4? b5! y Cxe2+.

29… Dxb7

“Pero no 29… Cxe2+? 30.Txe2! Dxb7 31.Txe3!, con posibilidades de salvación para las blancas” (Alekhine).

30.Cxb7 Cxe2+ 31.Rh2

Después de 31.Rf1, Alekhine indica 31… Cxg3+ 32.fxg3 Axf3 33.Axf3 Txf3+ 34.Rg2 Taa3 35.Td8+ Rh7 36.Th1+ Rg6 37.Th3 Tfb3! -+.

¿Pueden las negras esperar conseguir algo? Después de todo, tanto 31… Cxc1 32.fxe3 Ta3, como 31… Txf3 32.Txe2 Txg3 33.Rxg3 Axe2, aunque ganan un peón, conceden a las blancas buenas posibillidades de tablas.

31… Ce4!!

“El comienzo de una nueva combinación que, sin embargo, es la consecuencia absolutamente lógica de las maniobras precedentes, cuyo objetivo es, tras una serie de doce jugadas prácticamente forzadas, la captura del extraviado caballo blanco de b7” (Alekhine).

¡Pero qué jugada de caballo! ¡La audaz torre negra está atacada desde hace seis movimientos!

“Alekhine sabía irradiar en el tablero una furiosa tensión que a menudo intimidaba a sus oponentes” (Fischer).

32.Tc4!?

¡Un desesperado truco táctico! Alekhine y Kotov le conceden un signo de admiración a la jugada, calificándola de la mejor defensa. 32.fxe3? Cxd2 es claramente malo, mientras que después de 32.Td8+ Txd8 33.fxe3 Td5! 34.Tc4 C2xg3, las negras tienen peón de ventaja con ataque decisivo. Por ejemplo: 25.Ag2 Cf1+! 26.Rh1 Td1 37.Td4 Ceg3+ 38.Rg1 Cd2+, etc.

32… Cxf2

Una sencilla refutación; las negras ganan el peón de f2 y conservan todas sus amenazas. Réti tenía la esperanza de que hubiesen continuado con 32… Cxd2? 33.Cxd2! Td3 34.Cc5!, igualando, o bien 32… Axf3?! 33.Txe4!! Axe4 (ó 33… Txe4 34.Axf3) 34.fxe3 Axh1 35.Rxh1, con probabilidades de tablas.

33.Ag2

Las negras ahora ganan, pero veamos cómo lo hacen.

33… Ae6!

¡Un eslabón esencial de la combinación! Es fácil ver que las blancas no tienen elección.

34.Tcc2 Cg4+ 35.Rh3

Si 35.Rh1 Ta1+.

35… Ce5+ 36.Rh2

Si 36.Rh4 Ta4+.

36… Txf3! 37.Txe2 Cg4+ 38.Rh3

A 38.Rh1, de nuevo seguiría un jaque mortal de torre.

38… Ce3+ 39.Rh2 Cxc2 40.Axf3 Cd4!

Las blancas se rindieron. Después de 41.Tf2 (ó 41.Te3) 41… Cxf3+ 42.Txf3 Ad5! -¡el golpe definitivo!-, pierden su caballo errante.

Artículos relacionados

Respuestas

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *