Foto de Siegbert Tarrasch.

Spielmann vs Tarrasch, Ostrava 1923

Resultado: 0-1    Fecha: 14/07/1923    ECO: C32
Gambito de Rey; Contragambito Falkbeer

En Mährisch-Ostrau (1923) se jugó la muy instructiva partida siguiente.

1.e4 e5 2.f4

Conviene recordar que Spielmann era un ferviente neorromántico, un seguidor de Anderssen y Chigorin, apodado “el último caballero del Gambito de Rey”. Para poder evaluar mejor la naturaleza crítica de esta partida, veamos lo que escribio acerca  de su oponente:

“Difícilmente el estilo directo de ataque cederá ante el posicional, cuando Tarrasch apareció abanderando los ‘nuevos principios’ de juego. Si estos principios se siguen en las partidas del propio Tarrasch, está claro que en ellos no existe el espíritu del ataque. Poco a poco, con terrible lentitud, casi a hurtadillas, las fuerzas ajedrecísticas entran en juego. Su lema es evitar, en la medida de lo posible, la batalla abierta y limitarse a asediar al enemigo, bloquear, y esperar hasta que los recursos vitales estén exhaustos, hasta que el ‘aire y el agua’ desaparezcan y entonces, lentamente, aplastarlo. Durante mucho tiempo, el método de Tarrasch ha tenido gran éxito. Sus oponentes o bien perdían la paciencia y se desangraban hasta la muerte en asaltos inoportunos, o bien permanecían pasivos y acababan siendo exprimidos por completo”.

2… d5 3.exd5 e4

El clásico Contragambito Falkbeer, ¡ya empleado por Morphy!

4.d3

También se ha jugado 4.Cc3 Cf6 5.d3 Ab4, como en la partida Schulten-Morphy.

4… Cf6

Si 4… Dxd5 5.De2, etc.

5.dxe4!?

El plan de Berger, que se remonta al año 1860.

5… Cxe4 6.Cf3

Más tarde, en 1941, Keres introdujo en la práctica 6.Ae3!? Por ejemplo: 6… Ad6 7.Cf3 0-0 (Bronstein-Unzicker, 1956) 8.Ad3! Te8 9.0-0 Cf6 10.Ce5 Cbd7 11.Cc4 Cf8 12.Rh1!, con iniciativa (Muchnik), 6… Ac5 7.Axc5 Cxc5 8.De2+ De7 9.Cc3 Ag4 10.Dxe7+ Rxe7 11.h3 Af5 12.0-0-0 h5 13.Cf3, con clara ventaja (Spassky-Limbos, 1962), o bien 6… Dh4+ 7.g3 Cxg3 8.Cf3 (es azaroso 8.hxg3?! Dxh1 9.De2, como jugaron Keres y Tal) 8… De7 9.hxg3 Dxe3+ 10.De2 Dxe2+ 11.Axe2 Ag4 12.Cc3 Ab4 13.Cg5, con un final ligeramente mejor (Spassky-Matanovic, 1964).

6… Ac5!

No, desde luego, 6… Af5?, por 7.Ae3! c6 8.Ac4 b5 9.Ab3 c5 10.d6! c4 11.Dd5, con evidente ventaja de las blancas (Alekhine-Tarrasch, 1914). Para esta ocasión el doctor había preparado una sorpresa…

7.De2

Tartakower sugiere 7.Ad3!?

7… Af5!

Un importante refuerzo del juego negro en esta variante. Antes las blancas habían tenido éxito después de 7… f5 (7… Dxd5 8.Cfd2!; 7… De7 8.Ae3!; 7… 0-0 8.Dxe4 Te8 9.Ce5 f6 10.Ab5! Krause) 8.Ae3! Dxd5 9.Axc5 Dxc5 10.Cc3 De7 11.Ce5 (Spielmann-Wolf, 1908), o bien 7… Af2+ 8.Rd1 Dxd5+ 9.Cfd2! f5 10.Cc3 Dd4 11.Ccxe4 fxe4 12.c3 (Reti-Breyer, 1917).

8.g4?

La intriga radica en que esta jugada era la recomendada por Spielmann en la última edición del Handbuch de Bilbuer, como refutación de 7… Af5. ¿Cuál sería la réplica de Tarrasch?

Naturalmente, lo correcto es 8.Cc3 De7 9.Ae3!, como recomendó Tartakower en su tratado teórico La partida hipermoderna de ajedrez, y en su no menos famoso artículo En el lecho de muerte del Gambito de Rey.

  1. 9… Cxc3 10.Axc5 Cxe2 11.Axe7 Cxf4 12.Aa3!!, con ventaja de las blancas, que se materializó en la partida Bronstein-Tal (1958), incluida por Bronstein en su notable libro 200 partidas abiertas.
  2. 9… Axe3 10.Dxe3 Cxc3 11.Dxe7+ Rxe7 12.bxc3 Axc2 13.Rd2 Ag6 14.Te1+ Rd6 15.Cd4!, con mejor final. Por este motivo, Tartakower recomendaba la “igualadora” 12… Ae4, y sólo casi medio siglo después se descubrió que en realidad dista de ser así, porque con 13.Cg5! Axd5 14.0-0-0, las negras tienen serios problemas.

8… 0-0!!

Brillante sacrificio de alfil, que dejó estupefacto a Spielmann.

9.gxf5 Te8 10.Ag2

Merece atención 10.Dg2 (pero no 10.Ce5?, por 10… Dh4+). Después de esto, el perdedor y muchos comentaristas fueron aquí víctimas de una alucinación: 10… Dxd5 11.Ae2 Cc6 12.Cc3 (?, Kaspárov) 12… Dxf5, con múltiples amenazas. Sin embargo, es muy fuerte 12.f6!, y sólo después de 12… g6 ó 12… Cxf6, sigue 13.Cc3, cuando las negras deben demostrar que tienen ataque como compensación por la pieza entregada. De todos modos, en lugar de 10… Dxd5, merece atención 10… Cg3+ 11.Ce5 Cxh1 12.Dxh1 f6 13.d6 Axd6 14.Ac4+ Rh8, con ventaja de las negras.

10… Cf2 11.Ce5 Cxh1 12.Axh1 Cd7!

¡Una brillante jugada! Las cosas se vuelven feas de inmediato para las blancas; si 12… f6?, habría seguido 13.d6! fxe5 (13… cxd6? 14.Ad5+) 14.Dc4+ Rh8 15.Dxc5 Cc6 16.Df2 Dxd6 17.Cc3, y las negras están mal.

13.Cc3 f6! 14.Ce4

Es difícil afirmar que hubiera sido más tenaz jugar 14.Ad2 fxe5 15.0-0-0 exf4 16.Dc4 Ad6, y las negras tienen calidad de ventaja.

14… fxe5 15.Cxc5 Cxc5 16.fxe5 Dh4+ 17.Rf1

Aún era peor 17.Rd1?, por 17… Dd4+. Ahora el rey blanco queda expuesto.

17… Tf8! 18.Rg1?!

También perdía 18.Df3 Dxh2 19.Af4 Dxc2 20.f6 Cd3 21.Dg3 Tf7 -+, así como 18.f6 Tae8! 19.e6 (19.Ag2 Dd4!) 19… Txf6+ 20.Rg1 Td4+ 21.Ae3 Tg6+ 22.Ag2 Dxd5 -+, pero valía la pena intentar 18.e6! Txf5+ 19.Rg1 Taf8 (no era suficiente 19… Dd4+ 20.Ae3 Dxb2 21.Te1 Dc3 22.Ad2) 20.Ae3 Ce4 21.Ag2, con cierta lucha por delante.

18… Dd4+! 19.Ae3 Dxe5 20.Te1 Cd7!

¡Dirigiéndose rápidamente al flanco de rey!

21.Dc4 Rh8 22.Ae4 Tae8 23.Ad4 Df4 24.Te2 Cf6

Pero no 24… Txe4? 25.Txe4 Dxe4?? 26.Axg7+ y 27.Dxe4.

25.Axf6 gxf6 26.h3

O bien 26.Te1 Tg8+ 27.Rh1 Df3+!

26… Tg8+

Las blancas abandonaron. Una partida muy complicada, conducida con gran inspiración por Tarrasch, aunque tenía ya 62 años y cinco más tarde abandonaría el ajedrez.

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