Winter vs Capablanca. Hastings 1919
Muy a menudo, en una partida, un maestro sólo actúa con la idea de alejar, por decirlo así, una de las piezas de la escena de la acción. A veces un alfil o un caballo es alejado del campo de batalla. En tales casos, podemos decir que desde ese momento la partida está ganada, ya que prácticamente uno de los bandos tendrá una pieza más que el otro. Un ejemplo muy bueno de este aserto puede verse en la partida que va a continuación comentada por el mismo Capablanca.
1.e4 e5 2.Cf3 Cc6 3.Cc3 Cf6 4.Ab5 Ab4 5.0-0 0-0 6.Axc6
Esta es la Variante Nimzowitsch, que he jugado con pleno éxito en numerosas ocasiones. Ella otorga a las blancas una posición muy sólida. La idea de Nimzowitsch se basa en que, las blancas en cierto momento, podrán jugar f4, abriendo una columna para sus torres, las cuales, en combinación con un caballo colocado en f5, serían suficiente para conseguir la victoria. El maestro danés [Nimzowitsch era oriundo de Riga, Letonia. Scalise] pensaba que, si las negras intentaban impedir que el caballo blanco ocupara el cuadro f5, debían debilitar su posición en alguna forma. Si esto es cierto o no, necesita que se lo demuestre, pero en mi opinión la jugada es perfectamente buena. Por otra parte, no hay duda de que las negras en esta variante pueden desarrollar sus piezas con toda facilidad. Pero debe tenerse muy en cuenta que aquí las blancas no intentan trabar el desarrollo de su adversario, sino que buscan construir una posición que creen inexpugnable, desde la cual, a su debido tiempo, podrán lanzar el ataque contra su oponente.
6…dxc6
La alternativa 6…bxc6 otorga, sin duda, el mejor juego a las blancas. Véase la partida Capablanca vs. Kupchik en el libro del Torneo Internacional de Maestros de La Habana 1913, o una partida Alekhine vs. Vidmar del Torneo de Carlsbad de 1911.
7.d3 Ad6 8.Ag5
Esta jugada no se halla por completo de acuerdo con la naturaleza de esta variante. El plan estratégico general de las blancas se basa en jugar h3, seguido oportunamente por g4, llevando después el caballo de c3 a f5, por vía e2 y g3 o d1 y e3. Entonces, si es posible, el caballo de f3 es ligado con el de dama colocándolo en h4, g3 o e3, según lo permita la posición. El rey blanco a veces permanece en g1, otras es colocado en g2 pero más a menudo en h1.
Por último, en la mayoría de los casos se juega f4 y comienza el verdadero ataque. En algunas ocasiones se produce un asalto directo sobre el rey [Vease la partida Nimzowitsch vs. Levitzki, Torneo Nacional Ruso de San Petersburgo 1914]; y en otras consistirá, simplemente, en asegurar una ventaja posicional para el final, después que la mayoría de las piezas se hayan cambiado [Capablanca vs. Janowsky, Torneo de Maestros de Nueva York 1913].
8…h6 9.Ah4 c5
Con objeto de impedir d4 y, al propio tiempo, provocando Cd5 que resultaría fatal como veremos.
El plan de las negras es jugar g5 tan pronto como lo permitan las circunstancias, para liberar así su dama y caballo de la clavada del alfil blanco.
10.Cd5?
Las blancas caen en la celada. Únicamente la falta de experiencia es la causa de esta mala jugada. Debían haber considerado que un maestro de mi experiencia y fuerza no hubiera jamás permitido una movida semejante si fuera buena.
Era mejor jugar 10.Cb5 con el fin de cambiar este caballo por el Ad6. Si entonces 10…g5 11.Cxd6 cxd6 y 12.Cxg5!?.
10…g5
Después de esta movida la partida blanca esta perdida. Las blancas no pueden jugar 11.Cxg5 a causa de la réplica 11…Cxd5, que ganaría una pieza.
Por consiguiente deben retirar su alfil a g3, ya sea antes o después de Cxf6, con resultado desastroso en ambos casos, como pronto se verá.
11.Cxf6+ Dxf6 12.Ag3 Ag4 13.h3 Axf3 14.Dxf3 Dxf3 15.gxf3 f6
Un simple examen de la posición bastará para demostrarnos que las blancas poseen prácticamente un alfil de menos. Sólo podrán ponerlo en juego sacrificando un peón y quizás ni siquiera en esa forma. Por lo menos tendrían que perder tiempo, además del peón. Las negras dedicarán ahora toda su fuerza al flanco de la dama, y teniendo prácticamente un alfil de ventaja el resultado no ofrece duda alguna. Damos el resto de la partida para que el estudiante pueda comprobar cuan simple resulta ganar en posiciones semejantes.
16.Rg2 a5 17.a4 Rf7 18.Th1 Re6 19.h4 Tfb8
No hay necesidad de dedicar atención alguna al flanco de rey, ya que las blancas no ganan nada cambiando los peones y abriendo la columna h.
20.hxg5 hxg5 21.b3 c6 22.Ta2 b5 23.Tha1 c4
Si las blancas aceptan el peón ofrecido, las negras lo recuperan inmediatamente por medio de Tb4, después de bxc4.
24.axb5 cxb3 25.cxb3 Txb5 26.Ta4 Txb3 27.d4 Tb5 28.Tc4 Tb4 29.Txc6 Txd4 y las blancas se rindieron.
Respuestas