Qué apertura es la mejor para mí?

Tener un repertorio sólido y bien desarrollado es un paso importante para mejorar tu nivel como jugador de ajedrez. El conocimiento del medio juego, el conocimiento del final del juego, las tácticas y la estrategia también son muy importantes, pero todos fallan si no logras obtener una buena posición jugable en la apertura, que te permita aplicar todo lo que has aprendido.

Depende de ti si deseas centrarte en la teoría o los sistemas pesados; es importante tener una idea clara de lo que jugarás y conocer las posiciones resultantes.

Pero, ¿cómo te decides por un repertorio? ¿Cómo saber qué aperturas elegir?

Muchos jugadores toman esta decisión basándose en la moda, pero yo no creo en este enfoque.

Lo que se adapta a los demás puede que no te convenga a ti. La elección de una variante debe ser personal, como conseguir un traje a medida. Al igual que al tomar medidas, debes conocer los objetivos y tener en cuenta algunos factores importantes.

En primer lugar, recuerda que tu elección de apertura debe basarse en tu propio estilo de juego y personalidad.

Esto significa que tu estilo debe dictar la apertura, no al revés. No elijas una apertura solo porque todos los demás la juegan y obtienen buenos resultados con ella; podría ser simplemente porque obtienen posiciones con las que se sienten cómodos y saben cómo manejar el medio juego.

¿Te gusta atacar y hacerlo bien? Entonces, la apertura 1.e4 con blancas y una defensa como la siciliana con negras probablemente sean para ti.

¿Te sientes más cómodo en posiciones silenciosas en las que puedes maniobrar? Entonces probablemente debas optar por una apertura sólida como 1.d4 con blancas y la defensa Caro-Kann con negras o incluso puedes elegir el enfoque clásico con 1… e5.

Si tienes un jugador al que admiras y te ha inspirado mucho en tu estilo de juego, también podrías inspirarte un poco en su repertorio de aperturas. Sin embargo, asegúrate de que su apertura también te quede bien.

Lo segundo que debes considerar es el tiempo que realmente tienes que invertir en el aprendizaje. Hay muchas ocasiones en las que tienes que saber los movimientos de memoria y hay muy poco espacio (si es que hay alguno) para inventar movimientos.

Si tienes el tiempo y la dedicación necesarios para aprender tales aperturas, entonces no hay problema. Pero si tu tiempo es limitado, tal vez sea mejor considerar configuraciones similares a un sistema, donde el orden de los movimientos no es tan importante y no sucede nada terrible si olvidas un movimiento.

En este caso, es más importante conocer las estructuras, los planes típicos y ver muchas partidas de jugadores fuertes para aprender cómo manejan las posiciones resultantes.

Por último, pero probablemente lo más importante, debes conocerte a ti mismo.

¿Cuáles son tus debilidades? ¿Cuáles son sus puntos fuertes? Se honesto contigo mismo; esta es la única forma de elegir una apertura que realmente se adapte a ti y te ayude a crecer como jugador. Por ejemplo, si te gusta jugar finales, la defensa Berlín podría ser una opción de tu agrado. Busca configuraciones que conduzcan a posiciones abiertas en las que sea posible realizar intercambios y puedas llevar el juego a tu territorio.

Una vez que hayas decidido una apertura, pruébala, primero en los juegos de entrenamiento, antes de jugarla en los torneos. Comprueba qué funciona y qué no. Prueba diferentes planes, busca nuevas ideas. Si pierdes un juego, es mejor encontrar lo que falló en tu preparación en lugar de cambiar la apertura por completo.

Sigue trabajando y arreglando tus variantes hasta que obtengas tu propio sistema personalizado.

Encontrar la apertura perfecta no es una tarea fácil, pero tampoco imposible de lograr si tienes la mentalidad adecuada.

¿Encuentras útil esta publicación? Compártela!!